• Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • Youtube

‘Organismos en suspensión. Bailar lo diminuto para desacelerar la infancia’, por Paula Pascual de la Torre

‘Organismos en suspensión. Bailar lo diminuto para desacelerar la infancia’, por Paula Pascual de la Torre

En Plàncton, de Anna Rubirola/Big Bouncers, se nos invita a atravesar una puerta que abre el fondo del mar. Seres luminosos, ahí, nos acogen para mostrarnos sus colores, filamentos y formas sorprendentes pero, sobre todo, para enseñarnos cómo flotar.

Quizá las artes escénicas  sean esa llave mágica que todo lo abre. Habitar un medio desconocido es una de las posibilidades que se despliegan en el tipo de propuestas escénicas envolventes que en los últimos años han crecido exponencialmente. A quienes apuestan hoy por hacer entrar al público al espacio escénico se les antoja un mundo de posibilidades multisensoriales que, por razones empíricas, resulta muy rico para la infancia (también aparece, todo sea dicho, un mundo de complicaciones técnicas y presupuestarias. Quizás los teatros tengan que adaptarse a las derivas de la creación contemporánea por las nuevas aguas de la inmersividad). En Plàncton, el fondo del mar como medio escénico y dramatúrgico concita un imaginario extracotidiano de ritmo, de tiempo y de cualidades cinéticas. Los organismos que componen el plancton flotan, se dejan llevar y son arrastrados. En griego, de hecho, Plancton significa “lo que yerra”, “lo que es arrastrado”. Estas alteraciones erráticas las encarnaran con gozo 3 bailarinas del colectivo barcelonés Big Bouncers.

Dice Anna Rubirola que a ella trabajar con el imaginario del plancton le parece interesante porque a nivel de formas y movimiento desatienden por completo la idea que tenemos de qué es una planta o un animal. “Ofrecer a los peques unos cuerpos en escena que no respondan a los prototipos de cómo se mueve un cuerpo humano es algo que a mí siempre me ha interesado”.  De hecho, ya hay una investigación sobre esta idea en Jungla (2019), su anterior pieza.Me interesa poner en escena unos cuerpos que está claro que son personas pero que se mueven de manera diferente a los humanos para que los peques puedan explorar otras formas de moverse”. Lo que la infancia aprende de su día  a día es limitado, tiene un sentido finalmente funcional así que, para ampliar capacidades y prácticas corporales, hay que empeñarse. Como explica el filósofo Arturo Rico Bovio al hablar de “fronteras” del cuerpo, la consciencia somática no deja de ser una fenómeno social. Para romper los límites corporales auto-impuestos,  el arte y la naturaleza son grandes fuentes de inspiración y esto Anna lo ha sabido poner en práctica muy bien en su búsqueda como pedagoga y creadora para la infancia.

En una conversación, Anna contaba que al crear Jungla para escuelas de infantil, a menudo topaban con prejuicios muy establecidos alrededor de qué es danza y qué es una bailarina. El tipo de movimientos y formas propuestas ya en esta pieza sorprendía a los niños y las niñas porque rompía con estereotipos formales que se nos instilan ya desde pequeños – entre ellos el estereotipo incombustible de la bailarina clásica y un paradigma de estilización formal ligada al raciocinio que aún hay que contraprogramar a pesar de que la danza moderna lleve trabajando en ello desde inicios del siglo XX -. El objetivo como sociedad – y más allá del target infantil -, es asentar el principio de que, como dice Anna: “cualquier movimiento, cualquier manera de colocar, mover o trasladar el cuerpo es danza”. Esto hace de la danza una posibilidad más asequible.  Acercar la danza al público y apostar por un movimiento no canónico permite transformar o transfigurar un aura otorgada por la grandiosidad del marco escénico o el virtuosismo de la ejecución, haciendo que la danza sea más accesible como imagen y vivencia. Asumiendo que entendemos la danza como una forma de conocimiento, acercarla para poder darle una forma más a medida de nuestras múltiples realidades, nos haría personas más autónomas y capaces de definir un rumbo colectivo más inclusivo.

La proximidad física es una apuesta importante también en Plàncton. Sumirse en el espacio escénico como en un mar, nos permite como público “bucear” de cerca aquello que no es posible normalmente ver. En este caso, como si habitáramos magnitudes de microscopio, podemos jugar a ver las partículas diminutas que componen el plancton. Estar cerca del cuerpo de las bailarinas, ver mover la punta de los dedos a Urša, conectar con los ojos de Mireia o sentir la respiración de Elena o Ariadna, permite establecer otra relación con la vertiente más puramente artesanal de la danza.

Las categorías de movimiento que inspiran esta pieza nos plantean una relación diferente con el tiempo y con la acción. Resulta siempre pertinente compartir con los niños y las niñas este ritmo pausado que inspira el plancton; un espacio de suspensión tan diferente al ritmo acelerado de nuestros tiempos. Anna Rubirola habla de la posibilidad de “dejarse llevar” también como práctica que implica un estado de escucha y confianza. En ese sentido vemos a las bailarinas desplazándose gracias al movimiento de las compañeras, jugando con la suspensión de las distintas partes del cuerpo, explorando los efectos dinámicos que el peso y el impulso ajeno generan. Experimentar la suspensión como un estado activo conlleva una gran presencia al mismo tiempo que flexibilidad, todas ellas habilidades presentes en el arte infantil de jugar.

Al final de la pieza, maravilla, este impulso ha llegado al público y puedes ver a los niños y niñas (y también muchos adultos que se atreven a jugar) extendiendo piernas y brazos como filamentos, ondulando el pecho como si flotaran y cediendo al capricho orgánico de dejarse llevar. Es evidente que la pieza es para que ellos y ellas disfruten – un cometido igual de importante que cualquier objetivo pedagógico -. Plancton, en última instancia, sugiere también una idea muy importante a los adultos: a la hora de hacer más habitable nuestro propio medio esta pieza nos insta a inspirarnos en la infancia, lo más pequeño e importante que tenemos.

Paula Pascual de la Torre

BIG BOUNCERS – ANNA RUBIROLA presenta Plàncton del 2 al 4, 7, 8, 14 y 15 de enero

Webgrafia

Enlaces de interés

– Otras propuestas de danza y reminiscencias submarinas

CIE. PHILIPPE SAIRE – “Hocus Pocus” | Mercat de les Flors (mercatflors.cat)

– MOMIX (EEUU) – “Passion” . Vídeo Trailer

– Otras propuestas envolventes o de marcado carácter inmersivo para infancia

DALIJA ACIN THELANDER (Serbia-Suecia) – EL MÉS PETIT DE TOTS: The garden of spirited minds / El jardín de las mentes despiertas | Mercat de les Flors (mercatflors.cat)

Bibliografía

– Cites de Anna Rubirola extretes de diverses conversas fetas amb l’autora (Paula Pascual de la Torre) en diciembre de 2022.

– Rico Bovio, Arturo. “Las Fronteas del cuerpo. Crítica de la corporeidad” México. Ediciones Abya-Yala. 1990.