Al principio de los tiempos todo era unidad y quietud. Y por eso mismo todo era silencio. Pero un día sopló el viento, y al girar, las cosas se convirtieron en lo que son, en ellas mismas. Con su vida rumorosa despertaron en un espacio apacible y poco a poco tomaron vuelo, dándole el viento a cada una de ellas su propia personalidad. Y dándoles también a cada una algo de todas las demás. Cada una de las cosas se hinchó de aire y con la fuerza del viento empezó a tener su propia vida por separado, pero compartiendo con el resto lo esencial.
Y eso es el mundo. Movimiento, separación, participación. Y a eso se deben también nuestros dilemas en el mundo. Pues nos confunde a veces que cada cosa sea ella misma, diferente y única, y al mismo tiempo que contenga algo de todas las demás. Que cada persona sea absolutamente diferente, y que incluya algo de aquellas que le son absolutamente distantes y diferentes. Una madre es singular, por ejemplo, pero tiene algo de todas las madres que hay. Un niño es único y singular, y tiene también algo de todos los demás.
Así también es este espectáculo. Al principio es reposo y quietud. Después se levanta el viento, y con él, la singularidad de la materia. Cada bolsa se infla, se hincha de aire y se anima de manera única y exclusiva. Pero durante todo el tiempo cada una de ellas comparte con las otras lo principal.
Hay viento en todas partes de este mundo. En el Polo Norte y en el Sur, en la China y en la África continental. Hay viento en las montañas y en las praderas. En el mar y en las cavernas. Pero el viento, ¿qué es? No lo ves, pero lo escuchas. No lo puedes comer, pero lo percibes. Sientes especialmente su fuerza o su delicadeza. El viento en este mundo trae las lluvias. Pero también trae la sequía. Trae consigo el frío, el calor y las langostas. Trae el polvo, pero también el viento se lleva el polvo a otro sitio. En el desierto empuja la arena formando dunas onduladas que se mueven lentamente, cambiando los granos de su piel. Hay vientos de muchos tipos. Los hay que azotan las contraventanas y que agitan las ramas; los que derriban casas y los que en verano propagan las llamas. Hay vientos que impulsan barcos y que también crean las enormes olas que hacen naufragar esos mismos barcos. En la época primaveral, su brisa inspira afecto. En invierno en cambio sus aullidos infunden miedo.
En L’après-midi d’un foehn emerge la vida cuando el viento sopla y crea personajes animados. Son personajes que a veces parecen hombrecitos, a veces pequeños osos gordinflones. Hay también momentos que parecen nubes. O seres de un sueño. De un sueño que tiene la mujer que los construye. Pero sean lo que sean, todos esos seres llevan el recuerdo de ser bolsas de plástico. Su materia y sus arrugas, su delicadeza y su color…, todo lo que era bolsa para cargar es ahora signo de identidad de un ser animado.
Al unir la docilidad del plástico y la animosidad del viento se produce lo mismo que cuando se une en la escritura china el carácter del viento y el carácter del hueso, una unión -la del viento y la del hueso- cuyo resultado es el pájaro. De alguna manera L’après-midi d’un foehn es un espectáculo sobre el vuelo de los pájaros. Sobre el vuelo plástico de los sueños que dan vuelta ingrávida en la cabeza de quien duerme. Es un espectáculo donde quienes danzan son marionetas de aire.
El mundo era plano hasta que se curvó: cuando se curvó, pasó a ser un relato. En un buen relato, el final se toca con el principio. Si nuestra vista fuera lo suficientemente buena, podríamos alcanzar a vernos la nuca cuando miramos a la distancia, y sospecho que eso es lo que buscan ver estos seres de plástico, volver al principio quieto de donde vinieron. ¿Y qué es lo que nos quisieron transmitir mientras tanto? Quizá lo que no se puede nombrar. Quizá la vuelta misma. Quizá el nombre de su centro. Quizás el silencio.
Víctor Molina
Referencias
Bibliografía
El gran especialista francés sobre L’Après-midi d’un Faune es Jean-Michel Nectoux. De él hay bastante material que se puede consultar. Aquí referimos los siguientes:
Jean-Michel Nectoux, L’Après-midi d’un Faune. Mallarmé, Debussy, Nijinski. Catálogo de exposición, Musée d’Orsay, 14 febrero – 21 mayo 1989.
Los dossiers del Musée d’Orsay, n° 29, Éditions de la Réunion des musées nationaux, 1989 ;
Jean-Michel Nectoux (Dir.) Nijinski : « Prélude à l’Après-midi d’un Faune », con las contribuciones de Claudia Jeschke, Ann Hutchinson Guest, Jean-Michel Nectoux, Philippe Néagu, Ed. Adam Biro, 1989 ;
Jean-Michel Nectoux. Mallarmé. Un clair regard dans les ténèbres. Peinture, musique, poésie, Adam Biro, 1998 ;
Jean-Michel Nectoux . Harmonie en bleu et or : Debussy, la musique et les arts ; Debussy, la musique et les arts, Catálogo de exposición Del Musée de l’Orangerie, éditions Skira, Flammarion, 2012.
Sobre el drama lírico simbolista y su origen está un precioso ensayo de Szondi sobre Mallarmé:
Peter Szondi, « Sept leçons sur Hérodiade », dans Poésies et poétiques de la modernité, Presses universitaires de Lille, 1981, p. 73-141 .
También puede consultarse sobre este tema el libro de Maria de Jesus Cabral, Mallarmé hors frontières. Des défis de l’œuvre au filon symbolique du premier théâtre maeterlinckien, Amsterdam – New York, éditions Rodopi, 2007.
Y de la propia Maria de Jesus Cabral un breve ensayo titulado « Mallarmé, Maeterlinck : un théâtre d’entre-deux », publicado en Cahiers Mallarmé, nº 4, 2007.
Sobre Debussy.
Vladimir Jankelevitch, Debussy et le mystère de l’instant. Ed. Plon. 1989.
Jean-Yves Tadié, Le songe musical: Claude Debussy. Ed. Gallimard, 2008.
La literatura sobre teatro de objetos es ingente. Pero nunca está demás recordar un libro imprescindible sobre este tema, editado en catalán por el Institut del Teatre:
Werner Knoedgen, El teatre impossible. Per a una fenomenología del teatre de figures. Traducción de Andreu Carandell Gottschewsky. Institut del Teatre, 2003.
Sobre las Ninfas como figuras de movimiento pueden verse dos extraordinarios libros de Didi-Huberman.
Georges Didi-Huberman, Ninfa moderna. Essai sur le drappé tombé. Ed. Gallimard, 2002.
Georges Didi-Huberman, Ninfa fluida. Essais sur le drapé-désir. Gallimard, 2015.
Videografía.
Artistas que realizan esculturas cinéticas y eólicas.
Anthony Howe (https://youtu.be/RshSaF_juGs)
Daniel Wurtzel (http://www.danielwurtzel.com/)
El Fauno original de Nijinski:
Breve documental sobre la coreografía de Nijinski:
Reposiciones:
Serge Lifar sobre L’Après-midi d’un Faune: https://youtu.be/3p5LM9Nzcdw
Nureyev: https://youtu.be/4qjvGIMeIhU
OTRA CITA:
En el punto inmóvil del mundo que gira.
Ni carne ni ausencia de carne; ni desde ni hacia;
En el punto inmóvil: allí está la danza,
Y no la detención ni el movimiento.
Y no llamen fijeza
Al sitio donde se unen pasado y futuro.
Ni ida ni vuelta, ni ascenso ni descenso.
De no ser por el punto, el punto inmóvil,
No habría danza, y sólo existe la danza.
Sólo puedo decir: allí estuvimos,
No puedo decir dónde; tampoco cuánto tiempo,
Porque sería situarlo en el tiempo.
(Traducción de José Emilio Pacheco).
Original en inglés:
At the still point of the turning world.
Neither flesh nor fleshless;
Neither from nor towards;
at the still point, there the dance is,
But neither arrest nor movement.
And do not call it fixity,
Where past and future are gathered.
Neither movement from nor towards,
Neither ascent nor decline.
Except for the point, the still point,
There would be no dance, and there is only the dance.
I can only say, there we have been:
but I cannot say where.
And I cannot say, how long, for that is to place it in time.