“No está claro quién hace y quién es hecho en la relación entre el humano y la máquina. No está claro qué es la mente y qué el cuerpo en máquinas que se adentran en prácticas codificadas. En tanto que nos conocemos a nosotras mismas en el discurso formal (por ejemplo, la biología) y en la vida diaria (por ejemplo, la economía casera en el circuito integrado), encontramos que somos ciborgs, híbridos, mosaicos, quimeras. Los organismos biológicos se han convertido en sistemas bióticos, en máquinas de comunicación como las otras.”
Donna Haraway, Manifiesto para cíborgs, 1984
El sociólogo Marshall McLuhan sugería ya en los años 60 que cualquier tecnología (desde los objetos que usamos a los vehículos o sistemas informáticos que manejamos) es una extensión de nuestro ser, de nuestro cuerpo y mente. Según él, la separación entre el cuerpo y su entorno es significativamente menor de lo que habíamos pensado: somos lo que vemos, porque para el cerebro no hay ruptura, por ejemplo, entre nosotros y las herramientas que usamos.
McLuhan, considerado un visionario de la sociedad de la información, también manifestó que aunque pensamos que construimos las tecnologías para nuestro uso, en realidad luego son ellas que nos forman y nos moldean. Como seres humanos somos una fauna corporalmente dispuesta a la transformación. Pero el uso de tecnologías provoca incluso cambios físicos en nuestros organismos, de esta manera convirtiéndonos también en seres profundamente vulnerables al entorno.
En su solo Panorama, la bailarina y coreógrafa Raquel Gualtero enfrenta con valentía las preguntas latentes sobre el lugar del cuerpo en una sociedad donde las herramientas de conexión nos reclaman una disponibilidad absoluta. Participa así en una conversación sobre el estado de la cuestión entre cuerpos y virtualidades, asunto tratado por cuerpos solistas en danza como son, por ejemplo, las exploraciones corporales del mundo de subasta vertiginosa del yo por Nuria Guiu, las ausencias virtuales planteadas por Tiia Kasurinen o las fusiones de pantallas y cuerpos que explora Barbara Matijević, para mencionar algunas líneas de trabajo sobre el tema. Si lo corporal ha sido absorbido por lo virtual, ¿qué hacemos con el cuerpo? ¿O hemos entrado, sin darnos cuenta, en una desaparición progresiva del cuerpo?
Gualtero indaga en nuestro estado actual de cíborgs, cuerpos invadidos no solo por las conexiones y pantallas varias, sino también por las imágenes mismas, que proporcionan un goce constante de inputs placenteros, a la vez que dejan su huella programando, formando y moldeándonos, si volvemos a McLuhan. La investigación corporal de Gualtero propone masticar los múltiples imaginarios insertados en nosotros. Su cuerpo bailando remueve los movimientos emoticono que banalizan lo sensible de un rostro, convirtiendo una sonrisa en una expresión mutilada de alegría. Explora las narrativas tipo meme cuyas imágenes descontextualizadas reiteran un gag visual, un divertimiento sustitutivo de la conversación. En Panorama las imágenes insertadas en el cuerpo de ella le bailan.
Gualtero permite que a través de su cuerpo fluya un oleaje de gestos, construido por pensamientos y percepciones, conscientes e inconscientes, que le intrigan y movilizan. Piensa con la carne, pero a la vez es pensada, o como lo formula Bojana Kunst, “la voz que brota de su interior representa, a la vez, una declaración de autonomía y de puro automatismo”. Se mueve, grita y resiste, a la vez que es movido, gritado — y, resistido. Su cuerpo es al mismo tiempo el mediador y mediado, un medium que encarna algunos espíritus y fantasmas de nuestra sociedad, y performa en sus coreografías las múltiples identidades y representaciones insertadas en ella.
Parece preguntarnos, desde un lugar de máxima curiosidad del no-saber, ¿cómo es el cuerpo que nos proporcionan las redes?
Una piel virtual.
Un cuerpo robótico-orgánico.
Un cuerpo servicial, agradable, agradecido.
Un cuerpo bello, embellecido, reformado.
Nos invita a contemplar una interioridad de entrañas virtuales, a la vez que parece preguntar si aún queda algo de carne viscosa. Con el movimiento repiensa el esqueleto, generando rupturas — esquinces y fracturas — en sus huesos digitalizados.
Pero, ¿el internet nos da cuerpo? ¿O nos quita el cuerpo? “Todo está muy racionalizado: somos cabezas. Incluso en las redes sociales somos cabezas en todas las fotos o en el instagram”, resume Gualtero en una entrevista. Estamos en un juego de visibilidades e invisibilidades sujetos al encuadre, un marco que privilegia ciertas partes corporales e ignora otras por inútiles o poco interesantes.
En el mundo postinternet la frontalidad exigida por las distintas cámaras y pantallas se ha establecido como la dirección privilegiada del mundo 2D, desde donde se tantean los ángulos que permiten una exhibición óptima del cuerpo. Las lógicas de las redes se han calado en nosotros: se habla de “internet state of mind”, donde, literalmente, el internet es el estado de la mente.
Panorama también nos invita a resistir a esa contaminación de las imágenes, empleando un cuerpo que pixela a sí mismo como estrategia crítica: borrarse para volverse a dibujar de otra forma, sacudirse para un exorcismo de las imágenes encarnadas. Gualtero nos despliega, por lo tanto, también una fisicalidad convulsiva sin límites, carente de fronteras fijas. Nos ofrece un cuerpo infinito, igual que las pinturas panorámicas de Robert Baker, expuestas finales del siglo XVIII dentro de unos edificios circulares que permitían contemplar unos paisajes de 360 grados (considerados un antecedente de los medios de comunicación y la realidad virtual por su ilusionismo visual).
En Panorama — palabra que viene del griego, formado por pan (todo) y hórama (vista, visión), llegaría a describir ‘una visión total, global’ —la danza permite mostrar una visión sobre todos los horizontes posibles, (in)imaginables, comprimidos en un cuerpo del siglo XXI. Un cuerpo cuya representación vertiginosa en cada instante pasajero es ese cuerpo y su sinfín de horizontes.
En su solo, el cuerpo de Gualtero es ese paisaje, a la vez que de su cuerpo emanan paisajes — gestuales, sonoros, lumínicos — que gotean al espacio teatral, llenándolo de esas materialidades sensoriales, generadores de un bello artificio. Le dan color y textura, catalizan este vaciamiento de gestualidades acumuladas por los bombardeos de feeds interminables.
Gualtero es simultáneamente un gesto placentero y una mueca irónica de nuestra cultura visual, de una sociedad cada vez más sostenida por las redes.
RAQUEL GUALTERO presenta Panorama del 31 de marzo al 2 de abril de 2023 en el Mercat de les Flors
BIBILOGRAFÍA:
Haraway, Donna J. (1984/2014). Manifiesto para cíborgs. Buenos Aires: Puente aéreo.
Kholeif, Omar (ed.). (2016.) Electronic Superhighway: From Experiments in Art and Technology to Art After Internet. Londres: Whitechapel Gallery.
Kunst, Bojana. (2009/2019) “La veu del cos-que-dansa”, Pausa 41. (https://www.revistapausa.cat/la-veu-del-cos-que-dansa/)
McLuhan, Marshall. (1964/1996). Comprender los medios de comunicación. Editorial Paidós.
McLuhan, Marshall & Fiore, Quentin. (1997). El medio es el mensaje. Editorial Paidós.
SOBRE LA COREÓGRAFA:
Entrevista a Raquel Gualtero, Antic Teatre, 2021 (https://vimeo.com/578413642)
LINKS DE VÍDEO:
2001: A Space Odyssey 4k HDR | Flight To The Moon (https://www.youtube.com/watch?v=tKXZf0Q9ulo)
The Fifth Element Regeneration Scene HD (https://www.youtube.com/watch?v=qPRFkBsovx0)
Nuria Guiu: Cyberexorcisme (https://www.youtube.com/watch?v=m1G7x1ZAA70)
Nuria Guiu: Likes (https://www.youtube.com/watch?v=klCT4PIvlmQ)
Tiia Kasurinen: I’m not entirely here (cybersad) – Teaser (2020) (https://vimeo.com/386439741?login=true)
Barbara Matijevic & Giuseppe Chico: Forecasting (https://www.youtube.com/watch?v=4oNTSZztwsY)