“Cuántas veces un pueblo despierta nuestra curiosidad
porque nos extraña su manera de bailar”
Georges Didi-Huberman
“Perguntaste-me outro dia / Se eu sabia o que era o fado
Eu Disse que não sabia / Tu ficaste admirado
Sem saber o que dizia / Eu menti naquela hora“
Fernando Carvalho, Tudo isto é fado
Cada creación del duo coreográfico Jonas & Lander es “una invitación a activar la imaginación sobre algo que no existe”. Sus obras evocan mundos propios, siempre intensos, esta vez alrededor del fado, el canto popular portugués que nació en los burdeles y las tabernas de Lisboa a finales del siglo XIX y principios del XX. Popularmente conocido como la música de saudade, de melancolía y nostalgia, con el sobrenombre el ‘blues portugués’, se suele describir el fado como un lloro compartido de las clases más desfavorecidas. Pero existen muchos tipos de fados — de familias y subgrupos como fado castiço, fado corrido, fado vadio, fado aristócrata, etcétera —, hasta más de cien variedades distintas.
El fado, una tradición oral, se mantiene vivo al pasar de cuerpo en cuerpo, igual que la mayoría de las danzas populares y sociales. Durante el desarrollo de las ciudades como núcleos de la organización social y política, estas también construyeron sus propios entretenimientos, entre ellos las danzas. Danzas para divertirse, danzas para conocerse, danzas para estar juntos. Danzas para vivir el entorno urbano, para generar recovecos corporales compartidos en sus construcciones, para hacer (un) lugar.
Por su investigación sobre el fado, Jonas & Lander reafirman que “antes de ser música, el fado era un baile”. Nació de una unión de ritmos afrobrasileños con melodías europeas, algo habitual en los bailes urbanos que suelen ser híbridos multiétnicos que combinan elementos de distintas fuentes. La corriente más festiva del fado, al que pertenece el llamado fado batido, se perdió con la dictadura de Salazar, por la domesticación que se ejerció sobre las músicas populares.
En Bate Fado Jonas & Lander nos lanzan preguntas en forma de danza, indagando en la existencia de una identidad cultural, los lazos de una comunidad generada por el ritmo o la singularidad de un cuerpo de fado.
¿Cómo son los gestos que evoca la música del fado batido? ¿Cómo son sus ritmos, sus fraseos o sus silencios reflejados en el cuerpo?
¿Cómo hace del cuerpo bailando un altavoz de la música, a la vez que el gesto y sonido dialogan, o por momentos contrastando y cuestionando las imágenes sonoras que esta sugiere?
Al bailar negocian un espacio de convivencia entrecorporal, que se consume con los pasos y gestos. Confeccionan parejas, forman ruedas y líneas, disparan desplazamientos que dibujan el espacio. Recontextualizan los gestos que emanan de cuerpos impregnados de la música de fado en el siglo XXI. Como cada baile social o popular ha hecho en su momento, en Bate Fado se negocia sus códigos entre ritmo y gesto.
La relación especial con la música en los procesos creativos de Jonas & Lander siempre supone un descubrimiento, que los guía hacia partituras coreográficas o ideas de composición, como destacan en una entrevista. La música puede proponer ciertas pautas, como fue el rigor rítmico absoluto de su primera pieza Cascas d’OvO en 2013, donde la comunicación rítmica casi telepática se manifestó en el virtuosismo de un pulso compartido. O puede crear paisajes sonoros como en la obra Arrastão en 2015, donde los espectadores contribuían al sonido de la obra con globos.
Su reimaginar constante de la danza se ubica en el marco de la Nova Dança Portuguesa, un movimiento que alteró con fuerza el panorama dancístico del país lusitano en los años 80 y 90. Fue entonces que muchos creadores — Paulo Ribeiro, Clara Andermatt, Francisco Camacho, Rui Horta o João Fiadeiro, entre otros — regresaron para desarrollar su trabajo creativo en Portugal, cargados de influencias internacionales y nuevas maneras de pensar la danza desde las vanguardias. Motivada por esta búsqueda valiente hacia poéticas singulares e identidades coreográficas múltiples la danza amplió sus posibilidades de expresión, integrando nuevos materiales coreográficos, apoyándose en artes plásticas, performance o medios teatrales.
Desde el inicio de su colaboración en 2011, Jonas & Lander siguen proponiendo nuevas maneras de concebir lo que es — o podría ser — la danza, junto a otras creadoras vinculadas a la danza portuguesa como son por ejemplo Marlene Monteiro Freitas, Tânia Carvalho, Mónica Calle o Vera Mantero.
Destacan por sus lenguajes de estéticas múltiples donde los materiales corporales entran en colisión con estímulos visuales potentes, como son los cuerpos queer de su pieza Adorabilis (2017), que combina el glamrock con notas de cabaret. En Lento e Largo (2019) descubrimos unos seres réptiles inquietantemente desnudos cohabitando un paisaje futurista de robots y drones, inspirado en cuadros de Jheronimus Bosch. Coin Operated (2019) indaga en las múltiples iconografías que unen el hombre y el caballo, solicitando que el público introduzca monedas en el surco de una máquina recreativa de caballo para activar el performance.
Sus obras, siempre basadas en un desarrollo propio de realidades corporales, vibran simultáneamente en varias frecuencias, transitando al mismo tiempo por un trabajo físico meticuloso, la acción cristalizada o el cuestionamiento de un humor negro. La creación de Bate Fado bebe de las caricaturas dibujadas por Rafael Bordalo Pinheiro y Tomás Leal da Câmara en las tabernas de Lisboa. Con ello generan aproximaciones a imaginarios que aún están por descubrir sobre el fado, palabra que literalmente significa ‘destino’. Evocan un destino bailado reinterpretando el acto de zapatear como un elogio a una danza extinguida, que genera una mirada contemporánea — una ficción — a través y para ella.
Una comunidad fugaz que se roza, se voltea y se tantea en lo que dura una canción.
Riikka Laakso
JOANS & LANDER presenten al Mercat de les Flors ‘Bate Fado’, el 20 i 22 d’octubre de 2022