Mi obra siempre se ha centrado en la observación de las personas y las relaciones entre ellas; cuando se sienten cómodas, amenazadas, ignoradas, aisladas, cómo y en qué forma reaccionan, cómo perciben a los otros, cómo piensan que son percibidos. En este sentido, he intentado aportar un punto de reflexión sobre esto utilizando la danza. El objetivo es examinar nuestra sociedad y pensar sobre cómo nos comportamos. En este momento hay en una reacción ante una amenaza sanitaria, pero también habrá repercusiones mucho más profundas sobre cómo cambiarán las relaciones entre personas, para bien y para mal.
Sobre el desarrollo en el futuro, la danza y la cultura han sufrido muchísimo perdiendo recursos, como en muchos otros sectores, pero su fragilidad y precariedad hace que su futuro sea imposible sin apoyo de las entidades públicas. Y debe prevalecer, porque después de tanto aislamiento y confinamiento, es esencial que volvamos a reconectar, a vernos, a pensar y reflexionar y creo que el arte es el medio que lo permite.
Thomas Noone
Respuesta del bailarín y coreógrafo Thomas Noone a la pregunta:
La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un antes y un después en nuestras vidas y ha colocado el cuerpo en un espacio de fragilidad y de amenaza constante, de manera que las relaciones entre las personas y el espacio que ocupan cobran un relieve especial. Desde esta consciencia, ¿de qué manera podemos leer hoy tu trabajo (tu obra artística o de pensamiento) y qué posibilidades de desarrollo ves para la danza?
