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Ciclo Danza y Música en vivo

La música nos conmueve y nos hace mover, todos lo hemos experimentado en el propio cuerpo. El pie que, sin previo aviso, marca el ritmo de la canción que suena es solo una pequeña muestra de esta unión tan fuerte. Pero danza y música se han relacionado de maneras muy diferentes y no siempre como acto reflejo. De hecho, la reflexión sobre el propio encuentro entre danza y música ha abierto un abanico de posibilidades delante suyo -y delante nuestro, de los espectadores- donde los colores de cada entidad quedan reforzados por el contacto con la otra.

Esta relación de apoyo mutuo y de igualdad entre música y danza pasa por el encuentro cuerpo a cuerpo sobre el escenario, donde bailarines y músicos respiran el mismo aire, se escuchan los unos a los otros, se miran y hacen al mismo tiempo. Esto es lo que comparten todas las propuestas de este itinerario de Danza y Música que, por otro lado, nos acercan a poéticas bien diversas: desde Highlands, la pieza con la que Mal Pelo culmina su investigación sobre Bach, hasta Jonas & Lander haciendo de arqueólogos de fados en Bate fado para encontrar la danza que acompañaba estas canciones de melancolía, pasando por el encuentro de la bailarina Natalia Jiménez con la pianista Jordina Millà en un autoretrato escénico a partir de la obra de Virgina Woolf. O la música española de Romances inciertos, que tanto incluye música sefardita como jotas y que François Chaignaud y Nino Laisné hacen transitar de un instrumento a otro.

El flamenco quizá sea la expresión artística que ha mantenido más viva la llama de este encuentro entre danza y música en escena, seguramente por las raíces populares que no ha perdido, y por eso también tiene su lugar en este itinerario. En este caso, pero con el flamenco de Israel Galván, creador de referencia del flamenco contemporáneo y que no deja nunca indiferente. Esta vez se presenta con el Niño de Elche en Mellizo Doble y con una reinterpretación del Amor Brujo al lado de Eduarda de los Reyes, donde cambia la orquesta por un piano-que toca Alejandro Rojas-Marcos- y la voz de David Lagos.