La danza deportiva es el punto de partida que Joaquín Collado utiliza para estremecer los límites del cuerpo. Mientras ensaya Hacia un solo negro, Collado nos habla de las telas que dejó a la intemperie para que mutaran de color, de la monstruosidad, de cómo expandir la idea de bailarín contemporáneo y del cultivo de champiñones en su pueblo de Villamalea. Allí es donde ha creado un festival de danza llamado Paisaje.