[…]je suis enrichi d’une image par le mouvement, et la même chose m’est donnée, que je l’aborde par le temps, que je la trouve dans l’espace…
Paul Valéry, Eupalinos ou l’architecte.
I
He aquí un nuevo espectáculo de la compañía Aracaladanza. Su director y coreógrafo, Enrique Cabrera, nació en Argentina y, desde 1989, reside en Madrid. El nombre de su compañía puede parecernos un poco raro y llamativo. ¿Qué significa Aracaladanza? Para averiguarlo debemos saber que algunas personas de ciertos lugares de Argentina y de Uruguay, aunque hablan castellano, se expresan también utilizando un argot especial, casi un idioma, que se conoce como Lunfardo. Y en Lunfardo, la palabra Araca significa «Cuidado», «Alerta», «Atención». Si es por ese motivo por lo que esta compañía se llama Aracaladanza, entonces su nombre debería significar algo así como «Alerta, la danza!» Como cuando alguien nos dice: «¡Cuidado, una piedra!», o como cuando vamos a entrar al mar y alguien nos advierte: «¡Cuidado, una ola!» Y nos suelen decir eso porque una piedra o una ola pueden llegar a ser amenazadoras. Pero… ¿por qué podríamos decir: «¡Cuidado, la danza!»? ¿Acaso la danza es peligrosa?
Pues un poco sí. Puede poner en peligro lo que existe, sobre todo porque no utiliza palabras. Es decir, porque no dice algo, sino que -acaso- calla algo. La danza es silenciosa. Elude lo elocuente. Se va escapando siempre de los significados. Y sin embargo, muestra muchas cosas. Y lo hace con la música y los objetos, con los vestuarios singulares y, como en este caso, empleando imágenes virtuales, y por supuesto con cuerpos, con movimiento, y con luces plenas de colores… La danza habla callando, habla con cosas distintas a las palabras. Y hablar sin palabras puede llegar a ser arriesgado. Porque cuando se dicen cosas sin palabras todo el mundo puede entender lo que quiera. Imagina por ejemplo que, en la escuela, los profesores, en vez de hablar, bailaran lo que quieren enseñarnos; bailarían las matemáticas, o la biología. Seguro que cada uno de nosotros entendería algo diferente. Un giro podría significar para algunos una célula, y para otros una multiplicación, y un salto y dos giros podría significar para alguien lo mismo que se entiende con la palabra «Frío». Y así sucesivamente. Sería una clase como de locos. ¿Y si todo el mundo y durante todo el tiempo fuera así? ¿Si todo el mundo hablara y jugara con significados danzantes y cambiantes? ¿Qué es lo que pasaría? Pasaría que las cosas serían completamente diferentes a como son ahora. El mundo volaría. Saldría de la gravedad del significado. Sería otro. Por tanto: sí, la danza puede llegar a ser peligrosa. Porque podría crear mundos distintos. De modo que tiene mucho sentido que en un momento se nos diga: ¡Cuidado con la danza! Aracaladanza.
II
Vuelos es una pieza que trata sobre Leonardo da Vinci, un genio italiano que vivió hace más de quinientos años. Él también buscaba un mundo diferente. Para ello exploró incontables temas y muchas disciplinas. Se dedicó a la pintura y a la ciencia, a la ingeniería y a la medicina, a la arquitectura y a la pintura. Creó reglas y códices diferentes en todos sus trabajos. Escribió muchos textos en una especie de código secreto. Los escribió al revés y sólo es posible leerlos mediante un espejo. Le encantaban los espejos. Y también le obsesionaban el vuelo y las máquinas, el agua y los caballos, las medidas y las líneas curvas. Todo lo que era vueltas, desvíos, cambios, desplazamientos, todo lo que lo hacía cambiar de ruta le parecía un asunto principal. Quizá por eso casi nunca terminó los trabajos que emprendía. Pues una cosa lo llevaba a una distinta, y ésta última a una diferente. Y así siempre. También por eso quería pintar el aire y las olas del mar, que van variando en todo momento.
Como creador e investigador era muy imaginativo. La imaginación es un espejo sin cristal. Pero hay una diferencia importante entre un espejo y la imaginación. Los espejos reflejan lo que es y la imaginación en cambio refleja lo que puede ser. La imaginación no refleja lo que existe, sino lo posible, y a veces lo imposible. Y en la imaginación, las imágenes -tanto las posibles como las imposibles- parece que toman vuelo. Se envuelven con alas y no paran hasta que aterran o hasta que se pierden en el cielo.
Una vez más el mundo de las metamorfosis plásticas se adueña de la escena que nos ofrece Aracaladanza. En su proyecto coreográfico, Aracaladanza crea lazos íntimos con la pintura, con las formas y los colores, pero sin perder nunca la consciencia de que su naturaleza dancística y temporal excede las formas y las pinturas; las exceden convirtiendo todo en teatro de gesto, en danza teatro, en danza circense -y podríamos prolongar la enumeración. Pero debemos tener claro que ninguno de sus tratamientos escénicos puede ocultar su cualidad primera, la de ser danza, un arte vivo. ¿Qué es un arte vivo? Sabemos que entre las artes vivas, ancladas e impulsadas por los cuerpos, la danza se distingue ante todo porque ella no representa una cosa, no juega un rol ilustrativo, ni siquiera cuando trabaja con ilustraciones. No se funda en -sino que se encuentra con- sus pretextos. Basta ver cómo compone sus coreografías Enrique Cabrera: avanza como con bastón blanco entre sus materiales. Avanza musicalmente, por lo que, en sus coreografías, la danza no se ve tanto cuanto se escucha, del mismo modo que su música se escucha menos de lo que se ve.
Todos sabemos que como arte resistente a la semiotización inmediata, la danza se ha identificado con los elementos móviles. En esta ocasión, Vuelos se identifica con diversos puntos del trabajo de Leonardo da Vinci. Y estos puntos son especialmente el espejo, el vuelo, y el caballo. El espejo, con el secreto silencioso de su «otro lado» que aparece como elemento primordial del cambio de dirección de la imagen. El vuelo como migración, como imaginación activa. El caballo, en cambio, aparece en Vuelos como una especie de ángel, o como la encarnación del propio Leonardo, como mediación entre la imaginación y el acto, entre lo posible y su realización.
Todo en da Vinci es movilidad, por eso pintaba el aire y las ondas acuáticas, por eso pensaba que la vida eran líneas (a veces invisibles) pero en movimiento. De ahí su célebre apotegma: «La pintura es más una cosa mental que una cosa visual.» Porque, ¿lo que está en movimiento puede tener una forma? Hay en Leonardo una reflexión constante sobre la línea no mímica, sobre la línea que se escapa de las formas. Sobre la línea embrionaria y en curva permanentemente naciente, moviente, que emprende y que comprende una concepción de la temporalidad vivida. Y es en ello donde encuentran Vuelos de Aracaladanza los verdaderos códigos que nos ofreció da Vinci.
Víctor Molina
ARACALADANZA presenta Vuelos al Mercat de les Flors els dies 18, 19, 25 i 26 de febrer de 2017
Videografía
Sobre este espectáculo:
Entrevista con Enrique Cabrera sobre su pieza Vuelos :
Entrevista con el resto del equipo artístico de la pieza Vuelos:
Fragmentos de la pieza:
Sobre la compañía y el resto de sus trabajos:
https://es.video.search.yahoo.com/yhs/search;_ylt=A7x9Uk6PSJJYoycARe._.wt.?p=aracaladanza&fr=yhs-GenieoYaho-fh_ds&fr2=piv-web&hspart=GenieoYaho&hsimp=yhs-fh_ds&type=a334001
Sobre Leonardo da Vinci:
https://www.youtube.com/watch?v=DoRl0Q3vbpQ
https://youtu.be/THmTkU8zu1I
Bibliografía:
De y sobre Leonardo da Vinci:
André Chastel, Leonardo da Vinci. Arte y ciencia. Las máquinas. Susaeta Ediciones. Madrid, 2003.
Kenneth Clark, Leonardo da Vinci. Alianza Forma, 2006.
Leonardo da Vinci, Cuadernos, (Anna Suhn), Ilus Book, 2014.
Leonardo da Vinci, El hombre, la Naturaleza, la Mirada. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2014.
Leonardo da Vinci, Tratado de Pintura. Alianza Editorial, Madrid, 2013.
Leonardo da Vinci, Notas de Cocina de Leonardo Da Vinci. Ediciones Temas de hoy, 2016.
Leonardo da Vinci, The Notebooks of Leonardo da Vinci. Vol I. Dover Publication, 2011.
Leonardo da Vinci, The Notebooks of Leonardo da Vinci. Vol II. Dover Publication, 2011.
Leonardo da Vinci, Faules de Leonardo. Ellago Edicions. S.L. 2008
Charles Nicholl, Leonardo. El vuelo de la mente. (Traducción de Carmen Criado y Borja García). Taurus Editores. Madrid, 2005.
Luis Racionero, Leonardo da Vinci. ABC, Madrid, 2004
Framk Zöllner, Leonardo. Traducción de Luis Muñiz. Taschen. 2007
Sobre el vuelo:
Gaston Bachelard, El aire y los sueños. FCE.
Marie-Madeleine Davy, L’oiseau et sa symbolique. Albin Michel, 1992.