Roberto Fratini: Möbius desarrolla algunas intuiciones que trabajaste en tu solo de salida de la escuela de Lido, titulado Básico#1. ¿Qué era «básic» entonces, y qué es Möbius, hoy?
Miguel Gigosos: A la primera forma «escrita» que hice una vez terminado Lido la llamé Básico #1 por una razón: quise partir de lo más básico. Hice una escritura sin más pretensión que juntar composiciones de malabares que me gustaban. Con las pelotas, mi creatividad se ha manifestado de una manera que no había encontrado antes en otras prácticas. Básico#1 fue el inicio de la exploración de esta fantasía. Möbius ha sido el desarrollo de este propósito: una oportunidad de aprender y construir con lo que me es más cercano. En ese sentido se puede decir que la experiencia ha resultado un éxito.
RF: El nombre Möbius se asocia a una paradoja matemática que ha inspirado disciplinas tan dispares como la topología y el psicoanálisis. ¿Tú qué explicación darías del título?
MG: El anillo de Möbius me parece un objeto que materializa algunas ideas y perspectivas sobre la vida que tengo. Es un objeto que parece tener dos caras cuando en realidad solo tiene una. Un objeto visualmente retorcido y finalmente muy elemental. Me fascina cómo las cosas pueden ser simples o complejas según queramos verlas. Visualmente lo identifico con mis malabares.
RF: La tercera pregunta es obligada. Hay cada vez más artistas de formación circense que emprenden una trayectoria poética individual (sin ir más lejos, un porcentaje bastante elevado de los títulos incluidos en este ciclo de Nuevo Circo se compone de solos). ¿Qué es para ti la soledad escénica (o la soledad en general)?
MG: Me gustaría poder contestar en nombre de “los artistas de circo” pero creo que me voy a limitar, por falta de documentación a la experiencia de Miguel Gigosos, que le tengo más a mano. Si entiendo soledad escénica como el hecho de estar solo en el escenario, la verdad es que es algo a lo que estoy muy acostumbrado y que me gusta. No podría compararlo con la soledad en general, ya que tengo a todo un público pendiente de lo que estoy haciendo y eso hace sentir una gran compañía; permite ser el centro de atención. La elección de hacer un trabajo en solitario era por la necesidad que mencionaste de explorar algo personal y una necesidad de construir a partir de mí mismo. La soledad en general como carencia de compañía, como sentimiento melancólico debido a una ausencia, he podido vivirla en muchos momentos de la producción del espectáculo. El sentirme responsable de un equipo y tener en la mano decisiones que incumben a otros. Algunos viajes y residencias de creación en las que he estado solo las he vivido de esa manera
Por fortuna, he tenido un equipo que ha estado muy presente en diferentes ámbitos de la creación. Mención especial para Iris, que es el que más implicado ha estado.
RF: Mientras desarrollabas tu aventura poética personal, has estado involucrado en proyectos de otros autores. ¿Qué diferencia hay entre estas dos facetas, la del malabarista integrado a una visión poética ajena y la del mismo malabarista a solas con sus malabares?
MG: La verdad es que son dos experiencias muy diferentes. Acostumbrado a abarcar todos los aspectos de la creación en Möbius, es un alivio librarme de ciertas responsabilidades cuando es otro el que las tiene. Por otro lado, tengo mi manera de ver los malabares y la creación. Intento ponerme lo mejor que puedo al servicio de las ideas de otra persona, pero en ocasiones, por falta de tiempo y diferencia en el criterio de prioridades, me he encontrado descuidando cosas que para mí pueden ser muy importantes.
He aprendido muchas cosas gracias a estas experiencias ya que, siendo yo mismo, me he tenido que ajustar al molde de otra persona. A veces me ha ayudado a descubrir otras facetas de mí y a confiar en lo que otra persona propone.
RF: Esto me interesa mucho. ¿Podrías describir con pocos adjetivos o frases la relación que existe entre un malabarista y el objeto de sus malabares (por ejemplo, en tu caso, las pelotas)?
MG: Hay tantas relaciones como malabaristas. Yo me siento muy cercano a ese objeto. Me gusta. Hay casi una relación de amor pasional con lo que éste encarna para mí. Lo conozco muy bien, cómo cambia con la temperatura, si está limpio o no, si es una pelota vieja o nueva, si estoy sudando, si coge gotas de sudor o si está seca, cómo se ve con luces o con el cielo de fondo, bajo un árbol… Creo que la calidad de un malabarista se ve simplemente a través de cómo sostiene el objeto en mano. Suena muy samurái, pero de verdad que esto se transmite.
RF: ¿Y qué tipo de cuerpo crees que emerge de esta relación?
MG: Muy interesante pregunta y muy variadas respuestas. Voy a hablar de dos tipos: el cuerpo que utiliza el objeto como un accesorio y el que lo usa como soporte. Cambia mucho del uno al otro. Yo me considero de la segunda familia: mi cuerpo utiliza la realidad de una urgencia impuesta por la caída del objeto y la decisión de recogerla de una manera determinada en un instante preciso. Por ejemplo: tiro dos pelotas con la mano izquierda de manera simultánea. La primera la recojo con la derecha detrás de mi espalda durante el giro de una pirueta y la segunda con la mano izquierda por debajo de la pierna derecha que se levanta al terminar la susodicha pirueta. Aquí tenemos un movimiento muy concreto, en el que el cuerpo tiene que adaptarse para seguir las decisiones que he tomado con respecto a la manera de querer lanzar y recoger. El segundo caso utiliza el movimiento de cuerpo de una manera que podría catalogarse como dentro de la danza para adornar los lanzamientos y las recogidas de las pelotas añadiendo gestos que no intervienen en los lanzamientos y las recogidas.
RF: Buscando información para esta entrevista, he visto que el malabarismo va asociado a oceánicos encuentros de especialistas: randonnées y acampadas colectivas. ¿Qué pueden enseñarnos los malabares sobre la convivencia? ¿Qué pueden enseñarnos sobre la resistencia o, por qué no, sobre la disidencia?
MG: Es un mundo curioso la comunidad de malabaristas. Como bien has observado, está muy presente en la práctica. Mucho más que en otras disciplinas circenses. Opino que lo que nos pueden enseñar los malabares sobre la convivencia está ligado a la empatía y las ganas de compartir con los demás. Creo que es muy característico de una práctica amateur con una cantidad suficientemente copiosa de practicantes. Puede ocurrir en otras prácticas como el skate, las danzas urbanas o el parkour. Los encuentros permiten poner un contexto en el que unos pueden aprender de otros, además de disfrutar de aislamiento del resto del mundo. Aparecen también relaciones de admiración, comparación y se crean iconos y modas. En un contexto cultural en el que el fracaso está estigmatizado y se señala con un bolígrafo rojo como algo a evitar, los malabares me enseñan, al igual que ocurrió con el skate, a lidiar con él. Es parte necesaria del aprendizaje y aprender a aprovecharlo puede considerarse una forma de disidencia.
RF: ¿Adónde va el Nuevo Circo? ¿Adónde va Miguel Gigosos?
MG: Depende de en qué país pongamos atención. Creo que tiene algo muy visceral que sirve como reflejo de la cultura en la que se baña. Yo vivo en Francia y me da miedo la dirección que el Nuevo Circo -término inventado para crear una identidad- está tomando. Temo que el grado de institucionalización que está alcanzando lo deteriore y lo convierta en algo cada vez más insípido. Es un arma de doble filo, hay un equilibrio a encontrar para seguir haciendo circo y no política. Hay otros países en que esta dependencia política no existe aún y sigue siendo comercial. Creo que el caso de España se puede parecer un poco más a éste. El espectáculo tiene que gustar, funcionar y venderse. Todos tienen miedo, el público de ir a ver algo que pueda no gustarle, el programador de programar algo y no vender suficientes plazas y el artista de crear algo que no venda. Hay muchas tendencias y están muy jerarquizadas, no sería capaz de vaticinar cuales podrían ser las próximas revelaciones con las que el circo se encontrará. Yo me dirijo hacia un nuevo proyecto llamado Collision (Cía. Iknoto): un dúo creado con mi compañero de aventuras Rodrigo Gil. Quiero seguir explorando los malabares y el humano que soy. Seguir el mismo camino que empecé con Básico #1.
Bibliografía:
Fluir. El arte del malabarismo, Fundación Antronio restrepo Barco, 2002.
Caroline ARNOLD, Juggler, Clarion Books, 1988.
R.O. BLECHMAN, The Juggler of Our Lady: A Medieval Legend, Stewart Tabori & Chang, 1997.
Charles Egbert CRADDOCK, The Juggler. A Story [novela], Fb&c limited (Classic Reprint), 2017.
Philip FARRARA, The Juggler [novela], Dorrance Publishing, 2014.
Guy LE GAUFEY, El Notodo de Lacan, El cuenco de plata, 2007.
Ellie RAGLAND-SULLIVAN, Lacan: Topologically Speaking, Other Press, 2004.
Steven M. ROSEN, Science, Paradox, and the Moebius Principle, SUNY Press, 1994.
Nicolás SALAZAR SUTIL, Motion and Representation: The Language of Human Movement, MIT Press, 2015.
Links de interés:
file:///C:/Users/usuario/Downloads/252499-340889-1-PB.pdf (Pdf online Jordi Jané, «Circo occidental y circo oriental. Multiculturalidad o criollización?», Estudis Escènics 33-34)´
http://www.gencat.cat/culturcat/portal/site/culturacatalana/menuitem.be2bc4cc4c5aec88f94a9710b0c0e1a0/index80bf.html?vgnextoid=c381d5e5d74d6210VgnVCM1000000b0c1e0aRCRD&vgnextchannel=c381d5e5d74d6210VgnVCM1000000b0c1e0aRCRD&vgnextfmt=detall2&contentid=aef4f63ca2378210VgnVCM1000008d0c1e0aRCRD (Culturcat: “Artistes i companyies de circ als Països Catalans”)
Links Vídeo:
https://vimeo.com/65108507 (vídeo Dusting Asthma, Miguel Gigosos Ronda, 2013)
https://www.youtube.com/watch?v=nG0Sv25ceQM (extracto vídeo Untitled, Alessandro Sciarroni, 2013)
https://www.youtube.com/watch?v=lJrnAxP12JA (teaser Humanoptère, Clément Dazin, 2018)
https://www.youtube.com/watch?v=qam0Wk7vGVM (vídeo Tensegrity, Gon Fernández, 2016)
https://www.youtube.com/watch?v=aXdRfNNZ_Bo (teaser Collision, Cia. Iknoto, 2018)
https://www.youtube.com/results?search_query=antoine+jacot+chrysalide (teaser Chrysalide, Antoine Jacot, 2016)
https://www.youtube.com/watch?v=Lacs5nONjes&t=44s (extracto documental Día del Malabarismo Parque México, 2013)